Los drones vuelven a estar en el punto de mira, después de la última noticia que se ha conocido en relación a ellos, sucedida en Birmingham (Reino Unido), y que le ha costado un ojo a un niño de tan sólo 18 meses.
Oscar Webb, que así se llama el pequeño, se encontraba jugando en su jardín, cuando un dron fuera de control cayó sobre su rostro, sesgando su globo ocular derecho con una de las hélices, tras haber primero atravesado la rama de un árbol.
El aparato estaba siendo volado mediante control remoto por un amigo de la familia, Simon Evans, sobre el que se asegura que tenía experiencia en esta materia. Sin embargo, la pérdida de control del dispositivo ha tenido unos efectos devastadores, pues el menor ha perdido la vista del ojo derecho, sobre el que tendrá que ponerse una prótesis.
La madre de Oscar, Amy Roberts, aún no puede creerse lo sucedido, y anoche apareció en la televisión, junto a su marido, para advertir sobre los peligros de un aparato que en ocasiones se vende como juguete: «Lo que vi, todavía puedo verlo ahora… Era la mitad inferior de su ojo y es lo peor que he visto en mi vida. Yo sólo esperaba y rezaba, durante todo el camino, que lo que vi no fuera cierto ni real».
«He visto muchas lesiones oculares, pero nunca una tan grave, nunca en un niño tan pequeño y nunca producida por un avión tripulado. Cualquier instrumento que pueda acercarse a la vista y al alcance de ella a gran velocidad puede causar lesiones devastadoras. Supongo que, dado que hay muchos en todo momento y que su uso es frecuente, podemos esperar más lesiones de este tipo» -aseguró Faye Mellington, el oculista que atendió al pequeño.
FUENTE: http://www.ideal.es/sociedad/201511/28/dron-fuera-control-deja-20151127165658.html